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Normalmente he dejado a David la responsabilidad de escribir todo lo que sucedía, la idea del blog fue completamente suya, le doy las gracias por todo, sin el no podría cuidar de Arvo y no podría haber pagado su segunda operación ya que el me dio la idea de las donaciones. Ahora os contaré todo desde mi punto de vista, todo lo que ha sucedido, todo lo que he pensado y ha llegado a poder pasar.

En primer lugar hablaré del día del accidente de Arvo, ese día oí un golpe en la cocina y fui corriendo a ver que pasaba, le vi tirado en el suelo retorciéndose y le intente ayudar, el me mordió con todas sus ganas. Me quede muy extrañado porque Arvo es un perro muy juguetón el cual llega a morder jugando pero jamás sin hacer daño, es un perro que no tiene nada de agresivo. Vi comida y al gato encima de la encimera así que realmente no me hizo mucha falta saber que había pasado, se había caído, pensé que sería una tontería pero el dolor que tenía no era normal y al ver que se llegaba a mear encima del dolor llamé a urgencias de veterinaria y me dijeron que fuese a un horario normal, que sí tenían hueco me atendían sin urgencia porque por urgencia te cobran mucho más que una consulta normal. Pues bien, un amigo mío me ayudo a bajarle, tardaron en atendernos poco pero al final nos atendieron de urgencia, a mí me daba igual solo quería que el dolor de Arvo cesara.

Os haré un resumen de como fue estar allí, primero le hicieron una revisión y todo parecía bien, pensaban que no sería nada. Después le hicieron radiografías y estuve allí unas cinco horas desesperado porque tenía el presentimiento de que algo iba mal y efectivamente algo iba mal, muy mal.

Arvo tenía una vertebra rota pero no simplemente rota, si no desplazada y le estaba pinzando, la razón de que hubiese que operarle no es por la rotura de la vértebra en si, si no por el pinzamiento en la médula por el desplazamiento de la vertebra rota. Cito textualmente al veterinario y cirujano de Arvo "El dolor que tiene es inimaginable". Me dijeron lo que había si no se le operaba de urgencia, mi perro podría quedarse invalido y sufrir hasta que solo quedase la solución de sacrificarle, pero eso nunca fue una opción valida. Yo en ese momento mi cabeza no asimilaba nada, me culpaba por todo, pensaba "Esto es mi culpa" "Y sí hubiese hecho..." el propio veterinario se dio cuenta y me dijo: Esto puede pasar, es un cachorro no parara de moverse, intentar jugar, sus huesos son como huesos de pollo, pero aún así me sentía culpable.
Me dijeron que había que operarle si no mañana pasado de urgencia, que era un candidato perfecto porque tenía movilidad en sus patas, básicamente sus funciones locomotoras funcionaban perfectamente pero el dolor que tenía le impedía moverse, si no le operaban de urgencia podría perder esa movilidad. El precio de la urgencia dijeron que era 200 euros y que el de la operación seria 750 euros o más (Al final entre todo fueron más de 1.700 euros), yo en ese momento me vine abajo, por todo, yo no tenía ese dinero, no sabía como contarle a mi madre tal gasto y mi madre justo en ese momento no es que estuviese bien de dinero, nos daba para lo justo, pero no iba a dejar a Arvo morir ni sufrir más, no podía permitirlo y mi primera idea fue vender todo lo que tengo, absolutamente todo.

Mientras yo hablaba con el veterinario mi madre llamo a mi familia y nos prestaron dinero, de no haber sido por ellos no habrían podido salvar a Arvo, pero entre ellos mi abuelo es un hombre jubilado el cual obviamente  necesita dinero y las deudas se acumularon. Una amiga de mi madre también nos presto dinero pero ella también esta sola con dos hijos y necesita dinero, todo se fue cuesta abajo, aún nos faltaba dinero porque después de la operación Arvo necesitaría medicinas, cuidados, consultas y todo eso tenía un precio que no podíamos pagar. David hizo este blog precisamente porque literalmente mi madre y yo estábamos en la ruina.
Teníamos cita con el veterinario al día siguiente del accidente y me dijo el precio de la operación y advirtio que habría más gastos en consultas y medicinas, mucho más dinero del que esperabamos. No sabíamos siquiera como podríamos vivir, endeudados, con poco dinero, prácticamente teníamos dinero para lo justo, el futuro iba a ser agobiante con tantas deudas y demás.
Hubo complicaciones porque  operaban a  Arvo en vallecas, yo vivo lejos de allí y mi madre ni yo tenemos carnet ni coche, pero al final gracias a la madre y al padre de David conseguimos ir. Fue muy duro dejarle, mucho más de lo que podría creer nunca, le dejamos allí a las nueve de la mañana y hasta las tres de la tarde no supe nada, fue agobiante la espera pero fue un alivio saber que todo había salido bien, aunque no me quedé tranquilo hasta que le tuve a mi lado.

Es muy duro ver a tu perro sufrir de tal manera, oírle llorar, tener que inyectarle por una vía unos calmantes temiendo poder hacerle daño, hubo complicaciones con la vía ya que se la aguja se doblo por dentro y los calmantes no se podían inyectar correctamente, tuve que inyectarselo yo a mi manera, la cual era más lenta porque no conseguía inyectarselo en vena dado mi desconocimiento sobre el tema. Es muy duro tener que sujetarle en brazos para que orine y que le duela el movimiento al cogerle, que no pudiese defecar porque le duele  el movimiento que tiene que hacer para ello. Que tuviera que obligarle a comer y beber por una jeringuilla, sentirse inútil por no poder ayudarle más, dudar de si lo haces bien, también es muy díficil pensar que el cree que le estas haciendo daño.

Pasaron dos días y las cosas iban bien hasta que Arvo incluso con sedantes lloraba de dolor y se estremecía al mínimo movimiento, mi pareja y yo no entendiamos que pasaba, supuestamente  todo debería ir a mejor pero estaba peor que nunca.

Lo llevamos al veterinario y allí otra frustración más, lo que le hicieron había salido mal y se había roto otro hueso que sujetaba la vertebra para que no le pinzara, tenían que operarle otra vez, estalle de desesperación no podía pagar más. Temía perder a Arvo pero después de todo llegaron buenas noticias, solo me cobrarían los gastos de materiales, dentro de lo malo era algo bueno.
Llego el día de la segunda operación, estaba muy nervioso, al llegar allí tras una pequeña espera nos atendieron para llevarse a quirófano, nos contaron que esta operación sería mucho más complicada y nos aconsejaron despedirnos de él. Eso mermo casi todas mis esperanzas, no quería decirle adiós sino hasta luego.
Tras una larga espera en la cual estaba agobiado llamaron y nos dijeron que estaba bien, fuimos a recogerle nada más nos llamaron. Cuando le vimos fue una alegría tremenda, pensaba que no saldría de la operación pero una vez más Arvo demostro su fuerza. Le pusieron un parche de morfina pero a los 15 minutos de trayecto hacía casa nos llamaron para decirnos que el parche se había despegado y lo habían encontrado allí, hacíando que volviesemos para que después se le volviese a despegar y al día siguiente nos enteraramos de que no puede tener un parche pegado dado que su piel contiene mucha grasa al ser un perro de frío.
Esa noche Arvo sufrio mucho, llame a urgencias y hable con su veterinario pero no me dieron más solución que intentar calmarle. Sus gritos eran casi permanentes, solo le calmaba unas nanas de Michel Jackson que me recomendo mi pareja que me acompañaba en Skype en ese momento, gracias a esas nanas consiguio dormirse, fue una noche realmente complicada y dura pero paso, aunque pensaba que esa noche no acabaría nunca.

 Las dos semanas siguientes estuvimos con Arvo a todas horas evitando que se moviera porque el se quería levantar, si no estaba yo con Arvo estaba David y si no mi pareja cuando estaba conmigo. Fue duro pero un día se levanto con las dos patas y empezo a caminar, mal y lento pero caminar al fin y al cabo, dejandonos a todos anonadados. Al llevarlo a la revisión alucinaron al ver que andaba, el veterinario de Arvo llamo al otro cirujano para contarselo y le grabo el video, nos dieron un mes para que se pudiese levantarse pero Arvo caminaba en dos semanas. Nos dieron las pautas a seguir para que no ocurriese nada malo, Arvo no podía correr, ni saltar, ni subir escaleras ni bordillos, lo lógico.

Aún a día de hoy seguimos con deudas y se sigue necesitando toda ayuda posible.

Me gustaría agradecer a todos aquellos que habéis ayudado, ya sea difundiendo, donando, o ambas cosas, sin vuestro apoyo no hubiese sido posible. Gracias a los que han estado a mi lado y especialmente se lo agradezco a David y a mi pareja por su completo apoyo y ayuda.

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